dissabte, 21 de febrer del 2009

Can Cervero


Cuando cobré sentido que perdí
antes por la piedad de los cuñados,
que todo en la tristeza me sumieron,

nuevas condenas, nuevos condenados
veía en cualquier sitio en que me anduviera
y me volviese y a donde mirase.

Era el tercer recinto, el de la lluvia
eterna, maldecida, fría y densa:
de regla y calidad no cambia nunca.

Grueso granizo, y agua sucia y nieve
descienden por el aire tenebroso;
hiede la tierra cuando esto recibe.

Cerbero, fiera monstruosa y cruel,
caninamente ladra con tres fauces
sobre la gente que aquí es sumergida.

Rojos los ojos, la barba unta y negra,
y ancho su vientre, y uñosas sus manos:
clava las almas, desgarra y desuella.

Los hace aullar la lluvia como a perros
de un lado hacen al otro su refugio,
los míseros profanos se revuelven.

Al advertirnos Cerbero, el gusano
la boca abrió y nos mostró los colmillos
no había un miembro que tuviese quieto.

Extendiendo las palmas de las manos,
cogió tierra mi guía y a puñadas
la tiró dentro del bramante tubo.

Cual hace el perro que ladrando rabia,
y mordiendo comida se apacigua,
que ya sólo se afana en devorarla,

de igual manera las bocas impuras
del demonio Cerbero, que así atruena
las almas, que quisieran verse sordas. (...)

dissabte, 14 de febrer del 2009

La puerta de Dite



Exclamó el buen maestro: “Ahora, hijo,
se acerca la ciudad llamada Dite,
de graves habitantes y mesnadas.”

Y yo dije: “Maestro, sus mezquitas
en el valle distingo claramente
rojas cual si salido de una fragua

hubieran.” Y él me dijo: “El fuego eterno
que dentro arde, rojas nos las muestra,
como estás viendo en este bajo infierno.”

Así llegamos a los hondos fosos
que ciñen esa tierra sin consuelo;
de hierro aquellos muros parecían.

No sin dar antes un rodeo grande,
llegamos a una parte en que el barquero
“Salid -gritó con fuerza- aquí es la entrada.”

Yo vi más de un millar sobre la puerta
de llovidos del cielo, que con rabia
decían: “¿Quién es este que sin muerte

va por el reino de la gente muerta?”
Y mi sabio maestro hizo una seña
de quererles hablar secretamente.